SE VA LA PRIMAVERA Y REGRESA LA ESPERANZA

Entre pocos días esta primavera será cosa del pasado como lo fue el día de ayer; a veces disfrutamos de un día, lo recordamos con agrado como a veces quisiéramos olvidarnos de él; al igual son las estaciones. Se supone que cada estación tiene su encanto, agrado o nostalgia y según como la vivimos así mismo serán nuestros recuerdos.

Esta primavera estará en mi mente como lo sigue estando otra primavera de años atrás; una primavera con una diversidad de sentimientos: "angustia, dolor, nostalgia y hasta un poco de alegría". Hoy en este día comparando la primavera de años de atrás y la presente siento que tienen bastante similitud; sin embargo casi al final de ésta surgen nuevos sentimientos: "confianza, seguridad, certidumbre, entusiasmo y tranquilidad" de que al entrar el verano, mi vida cambiará y que será con un tercer renacimiento.

Renegamos en muchas ocasiones de cómo es nuestra vida sin pensar que el sólo hecho de sentirnos vivos es ya una bendición del cielo; nos quejamos de los problemas que tenemos para balancear el presupuesto para llegar a fin de mes sin contar que preciado es tener un cuerpo sano y una mente limpia para seguir pedaleando día a día nuestra vida. Nunca apreciamos algo hasta que lo perdemos, nunca creemos que es importante hasta que nos falta, ese "algo puede ser nuestra salud", una salud que depende de la esperanza de una recuperación o de la resignación de un fatal desenlace.

Yo he perdido la salud varias veces y esta vez los últimos meses de mi vida han sido de una lucha constante, recorrí seis puentes, cada uno con diferente desafío, no niego que me ganó la desesperanza, la ira, la desconfianza y más que todo casi perdí la fe; pero allá muy lejos en el fondo del abismo pude escuchar voces que me llamaban a no desfallecer, a recobrar la esperanza y tratar de subir a la superficie.

Hoy he recibido una buena noticia, solamente me falta recorrer tres pequeñas veredas, no será fácil hacerlo pero en estos momentos tengo el entusiasmo y la certeza que al final de la tercera vereda y siendo el principio del verano, mi vida cambiará y podré disfrutar del verano.

No todos tenemos la suerte de llegar a la sanación, a veces nos ganan las caídas y sucumbimos, en otras con paciencia y con la ayuda Divina podemos decir: "gracias por darme la valentía de llegar al final ", todavía hay mucho que hacer y en especial ver a mi familia crecer.

Memorias de BriznaDpaz

Junio 09, 2010