BATALLA

Alguien dijo que una guerra no era fácil de ganar si se tenía a un enemigo con armas poderosas y desconocidas. Claro que no es fácil…, es difícil, "pero no imposible".

Cuando iniciamos el camino que nos conduce a un campo de batalla, sabemos que ya hemos hecho la decisión de luchar hasta el cansancio, de tener la convicción de vencer sin importar que el adversario sea astuto, manipulador, venenoso, y que no nos deje ver su rostro de maldad. Casi siempre que tenemos esta clase de rival, debemos de tener cuidado de no caer en maniobras que nos lleven a pensar en una falsa victoria, como tampoco hay que amedrentarnos si nos asalta la idea de tener una derrota. No dejemos que nuestro miedo sea un aliado más para el enemigo Buscar nuevas armas, tácticas, y alternativas contra el oponente será nuestra pancarta.

Hay batallas en que no se puede tener compañeros que peleen hombro a hombro con nosotros en el campo de acción, a veces ellos solamente nos pueden ver desde una barrera de espectadores y a nosotros solo nos queda escuchar a lo lejos, sus alentadoras palabras que hacen que nuestro esfuerzo por vencer no decaiga; que nuestro cuerpo resista los golpes, heridas y desmayos que nos inflige ese enemigo escondido en las sombras.

Hace unos días he iniciado de nuevo un camino para luchar con un enemigo invisible a mis ojos, pero visible a los ojos del cielo y de Dios. Sé que Él guiara a todos los espectadores que miran desde la barrera, para que unos de cerca y otros de lejos me ayuden a regresar de esa batalla con un estandarte de victoria.

Confío que así será y que depende de mí si dejo que la animación de los espectadores con sus letras y voces llene mis sentidos con la luz de la esperanza, y así volver a comenzar. No hay como los nuevos comienzos, si los aprovechamos bien, de ellos nos nutriremos en desafíos para no romper el círculo de una vida saludable y feliz.

Claro que será difícil de ganar, pero nunca…, imposible!

Memorias de BriznaDpaz

Abril 14, 2010