MIS BATALLAS….
El tiempo pasa despacio es una espera lenta, el reloj parece detenerse y los minutos parecen años; como lo son los años que han pasado y se han vivido con la angustia de que puede ser hoy o mañana, que suceda algo inesperado.
Es una batalla entre la esperanza y el miedo; entre la fe y la desconfianza; entre la rebeldía y la aceptación. Así van pasando los días y los años, viviendo a pasos recortados; tratando de encontrarle alegría a la vida, fortaleciendo el cuerpo y motivando el espíritu para seguir combatiendo, y encontrar la paz interior.
Mis batallas son y han sido, unas largas y otras cortas, todo depende de quienes estén en el campo de guerra, hoy me han parecido que eran “el miedo y la esperanza”. El miedo paraliza, el miedo esclaviza, pero en ciertas ocasiones es necesario sentirlo para demostrarnos que todavía estamos vivos.
A veces me pregunto:
¿Podrá el miedo vencer la esperanza?
Yo diría que depende de nuestra fortaleza ya que a veces el sentir miedo nos llena de coraje, de fuerza que nos impulsA a buscar en algo que al principio de nuestra lucha no reconocemos, y es NUESTRA FE.
Apoyarnos en nuestra fe no es una debilidad, como tampoco creer que hay un Ser Supremo que nos acompaña siempre no es vergüenza decirlo.
Hoy más que nunca sentí miedo a lo desconocido, pero al mismo tiempo pude gritar a todo pulmón: que creo que la esperanza no muere antes que el cuerpo desfallezca.
Comenzar es vivir
El tiempo pasa despacio es una espera lenta, el reloj parece detenerse y los minutos parecen años; como lo son los años que han pasado y se han vivido con la angustia de que puede ser hoy o mañana, que suceda algo inesperado.
Es una batalla entre la esperanza y el miedo; entre la fe y la desconfianza; entre la rebeldía y la aceptación. Así van pasando los días y los años, viviendo a pasos recortados; tratando de encontrarle alegría a la vida, fortaleciendo el cuerpo y motivando el espíritu para seguir combatiendo, y encontrar la paz interior.
Mis batallas son y han sido, unas largas y otras cortas, todo depende de quienes estén en el campo de guerra, hoy me han parecido que eran “el miedo y la esperanza”. El miedo paraliza, el miedo esclaviza, pero en ciertas ocasiones es necesario sentirlo para demostrarnos que todavía estamos vivos.
A veces me pregunto:
¿Podrá el miedo vencer la esperanza?
Yo diría que depende de nuestra fortaleza ya que a veces el sentir miedo nos llena de coraje, de fuerza que nos impulsA a buscar en algo que al principio de nuestra lucha no reconocemos, y es NUESTRA FE.
Apoyarnos en nuestra fe no es una debilidad, como tampoco creer que hay un Ser Supremo que nos acompaña siempre no es vergüenza decirlo.
Hoy más que nunca sentí miedo a lo desconocido, pero al mismo tiempo pude gritar a todo pulmón: que creo que la esperanza no muere antes que el cuerpo desfallezca.
Comenzar es vivir
Memorias de BriznaDpaz
Febrero 01, 2009
Febrero 01, 2009
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